El clorito de sodio no es lejía

El CD (dióxido de cloro) que se produce cuando unimos el dióxido de cloro más el activador correspondiente, que en nuestro caso es HCl, es infinitamente mejor en términos de calidad para desinfección, aunque más caro que el hipoclorito sódico (lejía), ya que no causa problemas en la salud. Se puede utilizar para limpiar y desinfectar frutas y verduras para lo cual está autorizado por las agencias del medicamento americanas FDA y por la agencia de salud europea EFSA.

También es muy eficaz para desinfectar la carne de pollo, cerdo y vacuno, para gambas de acuicultura, y bebidas como cervezas. Para el control de hongos, para eliminar la legionela en las torres de refrigeración de los hospitales, para la desinfección de instrumentos quirúrgicos en frío, para desinfectar las bolsas de sangre de donantes en hospitales y muchísimas más aplicaciones.

Existen numerosas paten­tes para el uso del dióxido de cloro. Aquí una pequeña lista de algunas:

Antiséptico no tóxico

(Pat. 4035483 / 1977)

Para combatir amebas en humanos

(Pat.4296102 / 1981)

Contra demencia causada por sida

(Pat. 5877222 /1999)

Para curar enfermedades de piel, de todo tipo

(Pat. 4737307 / 1988)

Para desinfectar sangre viva

(Pat. 5019402/ 1991)

Para curar heridas más rápidamente

(Pat. 5855922 / 1999)

Para todo tipo de cuidado oral … Procter & Gamble

(Pat. 6251372B1 / 2001)

Contra infecciones causadas por bacterias

(Pat. 5252343 / 1993)

Tratamiento de quemaduras graves

(Pat. 4317814/ 1982)

Para regeneración de tuétano en huesos

(Pat. 4851222 /1989)

Un poco de química

El dióxido de cloro compuesto (ClO2) no es un descubrimiento reciente. Humphry Davy hizo el gas en 1814 al reaccionar ácido clorhídrico con clorato de potasio. En los últimos años, se utiliza el ácido clorhídrico para la producción de grandes cantidades de dióxido de cloro. En lugar del clorato de potasio, normalmente se utiliza clorito de sodio (NaClO2). El dióxido de cloro (ClO2) es un gas sintético que no existe de manera natural. Disuelto en agua tiene un color amarillento-verdoso, con un olor irritante parecido al cloro. Aunque el olor es muy parecido, el dióxido es muy diferente al cloro en sí, tanto en estructura química como en cuanto a su comportamiento, porque es un compuesto neutro del cloro, que no se combina fácilmente con otras sustancias.

El dióxido de cloro es un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros desinfectantes que habitualmente funcionan envenenando a los patógenos. El oxígeno no se acumula en el cuerpo y por lo tanto es un proceso farmacodinámico muy diferente. La oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir y ‘combustionar’ al enemigo.

El dióxido de cloro en realidad es un gas de color amarillento hasta amarillento rojizo, que se evapora rápidamente en el aire, si la temperatura está por encima de los 11 °C.

Uno de los mayores usos a nivel industrial, es en la desinfección de aguas públicas, con el fin de crear agua potable saludable y segura para la ingestión humana. Es un desinfectante tan eficaz, que se utiliza tanto para la desinfección de alimentos, como incluso para la descontaminación de armas biológicas de uso militar.

Debido a la capacidad de eliminar virus, hongos e incluso esporas, el dióxido de cloro es una sustancia excelente para el lavado de vegetales; es seguro utilizarlo y cumple con las regulaciones alimenticias. Se utiliza en las manzanas para eliminar listeria y la bacteria E. coli, en patatas contra la caspa de patata y, en cítricos, contra el moho verde y la putrefacción amarga. En el agua de piscifactoría, contra la anemia infecciosa del salmón y la necrosis pancreática infecciosa. El dióxido de cloro es la mejor opción de la industria de alimentos (aditivo autorizado = E926) debido a que tiene una muy baja toxicidad residual y ha demostrado que es un compuesto seguro, cuando es usado adecuadamente. Uno de los aspectos más importantes es que el dióxido de cloro es extremadamente soluble en agua sin crear enlaces químicos, es decir, es un gas que realmente se disuelve por completo en el agua. Esto es debido a que tiene una estructura molecular extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se disuelve completamente. Una vez que está disuelto en el agua también es capaz de reaccionar rápidamente con otros componentes, sobre todo si son de pH ácidos. Cuando el dióxido de cloro reacciona en el agua, libera oxígeno por un lado y por el otro lado forma el ion de clorito (ClO2 -). Dicho ion es una molécula eléctricamente cargada, como si fuera una batería, y en nuestro caso el ion de clorito lleva una carga eléctrica negativa y también es muy reactivo. El ion de clorito, que tiene una carga negativa, busca para compensarse una carga positiva, para ser estable. En nuestro caso, es el sodio, y lo que tenemos entonces, es clorito sódico. Si esto a su vez lo volvemos a disolver en agua, se forman iones de clorito y iones de sodio.